En este artículo vamos a hablar de la longevidad del vino, de como conservar el vino en caso y en bodega y de cuánto dura un vino abierto. En definitiva, de cómo almacenar correctamente el vino para que su vida útil sea lo más larga posible.
Cuánto dura el vino
Una de las preguntas más frecuentes de quienes se acercan al mundo del vino es: ¿Cuánto tiempo se puede conservar una botella de vino? La respuesta a esta pregunta es bastante compleja.
En primer lugar, distingamos entre una botella cerrada, almacenada en una bodega o armario refrigerado en condiciones ideales, y una botella abierta: ¿cuánto tiempo estará el vino todavía en condiciones aptas a su consumición?
La longevidad de un vino depende de su contenido en determinadas sustancias, principalmente ácidos, alcohol, azúcares, taninos y minerales. Cuanto más concentrado esté un vino en estas sustancias, más durará.
Esta concentración depende tanto de factores intrínsecos a la variedad de uva o al momento de la cosecha (contenido de azúcar y acidez del mosto, taninos en los hollejos y semillas), como de las prácticas de vinificación durante la vinificación o la maduración en madera antes del embotellado.
En términos generales, podemos afirmar que los vinos alcohólicos, tánicos (tintos), envejecidos en madera y dulces con se conservarán mejor que los vinos blancos secos, poco alcohólicos, poco ácidos y envejecidos en acero.
Entonces tendremos que evaluar cada caso según estas reglas generales. Estamos hablando de una gama muy amplia, desde 6 meses hasta más de 20 años o más.
Cómo conservar el vino en bodega
En lo que respecta a la conservación del vino en botella, lo primero es disponer de un entorno adecuado, es decir, una bodega doméstica que cumpla ciertos requisitos.
Sólo entonces podrás pensar en almacenar el vino hasta que mejore. Por lo demás, es aconsejable consumir el vino comprado en el plazo de unos meses, independientemente del tipo de que se trate.
Y es que conservar el vino de forma óptima es una cuestión que no es nada trivial. Las fluctuaciones de temperatura en verano y en invierno, el exceso o la falta de humedad en la habitación y la presencia de luz son algunos de los factores que pueden poner en peligro incluso las mejores botellas.
Dicho esto, la pregunta “¿cuánto dura un vino?” no tiene mucho sentido. De hecho, el vino no debe llevarse hasta el límite de su vida útil, sino hasta el valor máximo de la curva de evolución, más allá del cual, lenta pero seguramente, incluso el vino más longevo verá disminuir su placer gustativo.
La primera consideración es que hoy en día los productores tienden a poner en el mercado vinos listos para beber, incluso en los tipos más longevos.
Esto se aplica sobre todo a los vinos blancos, que deben consumirse en un plazo de 6 meses a un año como máximo, con algunas excepciones (por ejemplo, el vino alemán Riesling o el Tokaji Aszú Eszencia húngaro y, en general, los vinos caracterizados por un alto nivel de acidez y contenido mineral que los hace especialmente longevos).
Algunos vinos tintos importantes como un Barolo italiano, un Rioja Gran Reserva o un Malber argentino pueden mejorar hasta 10-15 años después de la cosecha y seguir evolucionando hasta 20 años o más, si se almacenan adecuadamente.
En cuanto a las botellas antiguas o muy viejas, generalmente no se recomienda descorcharlas. Si están intactos y estéticamente bien conservados (corcho, cápsula, etiquetas) sólo tienen valor para los coleccionistas y los museos del vino.
Cómo conservar el vino tinto
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos sobre cómo conservar el vino tinto en casa:
- La temperatura adecuada: la temperatura a la que se almacenan las botellas de vino debe ser constante. Las temperaturas demasiado bajas dificultan la evolución natural del vino y las demasiado altas aceleran su maduración de forma incontrolada. Evita guardar el vino en habitaciones como áticos, garajes o balcones. La habitación en la que se guardan las botellas debe seguir la regla: nunca por debajo de 10 grados, nunca por encima de 18. En concreto, los vinos tintos prefieren una temperatura óptima de entre 12 y 15 grados.
- Protegido de la luz: al almacenar el vino en casa, no sólo es importante la temperatura, sino también la luz. El vino tinto debe almacenarse en oscuridad o casi en oscuridad. El sol, así como la luz artificial directa sobre la botella, altera el vino y facilita la oxidación. Lo ideal es que la habitación esté iluminada sólo con luz suave.
- Evita la nevera: Un buen vino puede sufrir daños irreparables, sobre todo si se almacena durante mucho tiempo y en los compartimentos más fríos. En caso de emergencia, puedes guardar el vino en la nevera. En pleno verano, por ejemplo, el vino tinto puede necesitar algún tipo de refresco y la nevera puede ayudar. Recuerda, sin embargo, que debe evitarse cualquier tipo de choque térmico.
Si tenemos la suerte de contar con una bodega en la que podamos guardar nuestras botellas más preciadas, sin duda será más fácil conservar el vino. Lo más importante es que el entorno sea adecuado, ya que los sótanos y los almacenes utilizados como bodegas domésticas pueden ofrecer a menudo condiciones poco óptimas para el almacenamiento del vino.
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos sobre cómo conservar el vino tinto en bodega:
- Un ambiente ventilado y sin olores: el entorno ideal debe ser tranquilo y estar bien ventilado. El vino debe mantenerse alejado de lugares con olores fuertes, como pintura o gases de escape, pero también del queso y las carnes curadas (como en las antiguas bodegas de los abuelos). El corcho de las botellas, de hecho, podría permitir que los olores contaminaran el vino, alterando su olor y sabor. El vino no aprecia compartir espacios con aromas intensos.
- La humedad perfecta para almacenar el vino: el porcentaje de humedad de la habitación es un factor muy importante para conservar bien el vino tinto, y debe mantenerse entre el 60% y el 80%. Una bodega demasiado seca puede provocar el fenómeno del corcho seco y facilitar la oxidación del vino. El exceso de humedad, en cambio, puede provocar la formación de hongos o moho, que contaminan el corcho y crean el temido efecto corcho.
Una nevera para vinos como estas puede resolver muchos problemas de almacenamiento de vino porque es ajustable, mantiene una temperatura y humedad constantes y protege las botellas durante toda su vida.
Cómo conservar el vino blanco
En términos generales alas reglas para conservar el vino blanco de forma óptima no difieren en gran medida de aquellas que indican como conversar el vino tinto. Generalmente, los vinos blancos tienen una duración inferior a los tintos y además se tienen que conservar a una temperatura algo inferior, entre los 10 y 12 grados, pues esta ayuda a mantener mejor sus características.
Cuánto dura un vino abierto
Otra pregunta muy común es cuánto dura un vino una vez abierto. Inmediatamente después de la apertura, el contacto con el aire comienza a producir cambios (reacciones de oxidación por el oxígeno) en la composición del vino.
En un principio, se trata de un fenómeno de mejora, necesario para que el vino se equilibre con el entorno, sobre todo en el caso de una larga crianza en botella.
A medida que pasa el tiempo, las alteraciones a nivel organoléptico son más significativas y adquieren una connotación negativa.
En el caso de los vinos que contienen dióxido de carbono (vinos espumosos), éste tiende a evaporarse, lo que provoca una pérdida de efervescencia.
Con el tiempo, las sustancias aromáticas volátiles responsables de los aromas del vino tienden a desaparecer, y el calentamiento y la oxigenación pueden desencadenar la fermentación acética y provocar un aumento de la acidez volátil.
Como regla general, podemos decir que:
- un vino blanco mejora durante el primer par de horas después de la apertura. Esta mejora puede ser mayor si se vinifica en reducción. En general, los vinos blancos tienden a deteriorarse organolépticamente después de un día como máximo desde su apertura.
- un vino tinto joven se comporta de forma similar a los vinos blancos. La mayor complejidad de la composición química de los tintos hace que su evolución continúe incluso en las primeras 48 horas después de la apertura, tras lo cual decaen inexorablemente;
- un vino tinto estructurado tiene un tiempo de evolución más largo y tiende a cambiar, mejorando y liberando aromas que inicialmente no eran perceptibles incluso después de 48 horas desde su apertura.
Tapones para conservar el vino abierto
El cierre de las botellas descorchadas con tapones herméticos, mejor aún si es al vacío o con gas inerte, prolonga sin duda la vida del vino. En el caso de los vinos espumosos, se pueden utilizar tapones para evitar la evaporación del dióxido de carbono y ayudar a mantener la frescura y la fragancia.